La vitamina K es una vitamina liposoluble que se absorbe en el intestino delgado, y se almacena en el hígado, glándulas suprarrenales, riñón, pulmón, cerebro, corazón, páncreas y huesos.
Se encuentra de forma natural presente en alimentos como:
- Hortalizas de hoja verde: col, espinaca, hojas de nabos, col rizada, acelgas, perejil, lechuga romana, lechuga de hoja verde…
- Verduras como coles de Bruselas, brócoli, coliflor y repollo.
- Frutas como arándanos azules y los higos.
- Queso, granos de soja, pescado, hígado, carnes de vacuno, huevos y cereales (este último en cantidades más pequeñas).
La vitamina K también puede ser sintetizada por las bacterias del tracto gastrointestinal inferior.