No existen estudios clínicos o farmacológicos suficientes que evidencien su eficacia.
Tradicionalmente se aconseja para el manejo de trastornos nerviosos debido a la ansiedad, tensión o estrés: histeria, ataques de pánico, neurastenia, inquietud, trastornos del sueño, dolores de cabeza, migraña, neuralgia, agotamiento y depresión.
También se ha utilizado como ayuda en la retirada de las benzodiacepinas, tensión premenstrual y periodos de dolor, en el tratamiento de la epilepsia, corea y ataques de hipo.