CÚRCUMA

Curcuma longa L.

Planta perenne de hasta 1 m de alto cultivada en huertos, sembrados y viveros. Procedente de la India y sureste de Asia, aunque, actualmente se cultiva también en China.

Parte utilizada

Se utiliza el rizoma, entero, sin raíces ni superficie externa.

Componentes activos

  • Materias colorantes (curcuminoides): curcumina, monodesmetoxicurcumina, bisdesmetoxicurcumina.
  • Aceite esencial: rico en carburos terpénicos y cetonas sesquiterpénicas.
  • Polisacáridos: arabinogalactanas.
  • Minerales.
  • Carotenos.
  • Vitamina C.
  • Péptidos solubles en agua.

Acciones

La cúrcuma actúa sobre la vesícula biliar, estimulando tanto la producción como la secreción de bilis. A demás también tiene acción estimulante del apetito.

Estudios científicos han demostrado que la cúrcuma presenta actividad hepatoprotectora, antiinflamatoria, antioxidante y mejora la resistencia a la insulina. Además también tiene actividad sobre el SNC: es neuroprotectora, anticonvulsivante, antidepresiva, antiestrés y ansiolítica.

Indicaciones

La EMA aprueba su uso en el tratamiento de la mala digestión, incrementando la secreción biliar para tratar la sensación de plenitud, flatulencia y digestiones lentas.

La OMS y la Comisión E también han aprobado su uso en el tratamiento de dispepsias hipersecretoras, hiposecretoras o meteorismo.

De forma tradicional se ha utilizado en el tratamiento de los dolores e inflamaciones de enfermedades reumáticas, la amenorrea, la dismenorrea, la diarrea, la epilepsia, problemas dermatológicos y úlceras pépticas.

Existen numerosos estudios clínicos que demuestran la seguridad, tolerabilidad y eficacia del uso de la cúrcuma como coadyuvante en tratamiento como: diabetes, hiperlipemias, síndrome metabólico, cáncer, depresión, Parkinson, dispepsia, deterioro cognitivo, síndrome premenstrual y endometriosis, enfermedad de Crohn y colitis ulcerosa.