Los fructooligosacáridos (FOS) son un tipo de fibra soluble compuesta por 10-20 moléculas de fructosa que puede contener una molécula inicial de glucosa. Estos compuestos no pueden ser digeridos ni asimilados en el estómago, por lo que pasan intactos al intestino grueso donde son utilizadas como sustrato por las bacterias.
Se encuentran en cantidades variables en muchas frutas y vegetales tales como el puerro, el espárrago, la cebolla, el ajo, la banana, la raíz de achicoria, el trigo… También pueden ser añadidos para fortificar los alimentos.
Los FOS presentan efectos beneficiosos para la salud del sistema digestivo, la función inmunológica y un efecto protector frente al cáncer de colon.