La vitamina E es una vitamina liposoluble que se absorbe en la parte superior del intestino delgado y se almacena en el tejido graso y el hígado.
Está presente, en proporción variable, en muchos alimentos como aceites vegetales (de maíz, de germen de trigo, de girasol, de oliva…), frutos secos (nueces, almendras, cacahuetes, avellanas), semillas (de girasol, lino), hortalizas de hoja verde (espinacas, brócoli) y alimentos fortificados (cereales de desayuno, margarinas, productos de untar…).