La ESCOP y la EMA aprueban su uso tradicional para aliviar los síntomas del estrés mental y para facilitar la conciliación del sueño.
De forma tradicional se ha utilizado para tratar la falta de apetito, problemas gastrointestinales (espasmos, dispepsia), dismenorrea, colecistitis y disquinesias hepatobiliares. En uso tópico, se emplea para el tratamiento del acné y la dermatomicosis.