La EMA y la ESCOP han aprobado el uso tradicional de esta planta en el tratamiento sintomático de los dolores articulares, desórdenes digestivos leves (flatulencias, hinchazón) y para la falta temporal del apetito.
La efectividad del harpagofito en el tratamiento sintomático de los dolores osteoarticulares (propios de la artrosis, osteoartritis, fibromialgia, lumbalgia crónica y otras afecciones reumáticas o no reumáticas) ha sido demostrada clínicamente.
Facilitar las digestiones, reducir la fiebre y aliviar los dolores del parto son otros usos populares que se le han atribuido al harpagofito en los países de origen (Botswana, Namibia y África del Sur).